Todos buscamos la felicidad objetivo universal y, aunque las fuentes de alegría varían entre las personas, ciertas experiencias compartidas, pueden tener un impacto notable en nuestro bienestar. Esto pasa con la repostería artesanal. La conexión entre felicidad, oxitocina (conocida como la “hormona del amor”) y el consumo de repostería artesanal es un área fascinante que explora cómo las interacciones sociales y las experiencias sensoriales contribuyen a nuestro bienestar emocional.
Cómo funciona la química de la felicidad: La oxitocina
La oxitocina es un neuroquímico esencial en la creación de vínculos sociales y en la regulación de emociones positivas. Se libera en momentos de contacto físico, como abrazos y caricias, además de en actividades sociales y experiencias placenteras. La oxitocina se asocia con la reducción del estrés y los sentimientos de bienestar y felicidad.
Diversos estudios han demostrado que la oxitocina puede mejorar la confianza, la empatía y la conexión social, lo que, evidentemente, contribuye a un mayor nivel de felicidad. Este efecto es particularmente relevante en situaciones donde se comparten experiencias placenteras, como disfrutar de una buena comida en compañía de seres queridos.
Repostería artesanal: Más que un simple postre
La repostería artesanal se distingue de la producción en masa por su atención al detalle, la calidad de los ingredientes y el cuidado en cada paso del proceso. Es decir, por esa energía que se transmite a mano durante la elaboración y esa dosis extra de cariño que no puede dar una máquina.
Este enfoque no solo resulta en productos más deliciosos, sino que también crea una experiencia sensorial única. Desde el aroma del pan y los dulces recién horneados hasta la textura de unas pastas tradicionales. La repostería artesanal ofrece un placer que implica todos los sentidos.
Además, el proceso de compartir repostería artesanal puede ser una actividad profundamente gratificante y social. Tomar juntos unas deliciosas galletas o simplemente disfrutar de una rebanada de pastel casero con amigos y familiares, son momentos que fomentan la conexión social y pueden aumentar la producción de oxitocina.
Recordemos esos cafés con la familia o amigos en los que te acercas a tu obrador o confitería de confianza para compartir con ellos un delicioso surtido de pasteles o cualquier otra delicia.
Son esas las buenas costumbres que no debemos perder
La alegría de compartir: La repostería como experiencia social
Compartir comida es una de las formas más antiguas y fundamentales de crear y fortalecer vínculos sociales. Estudios sugieren que comer juntos no solo mejora la cohesión social, sino que también puede tener un impacto positivo en nuestro estado de ánimo y bienestar general. La repostería artesanal, con su carácter personalizado y atención al detalle, se presta particularmente bien para estas experiencias compartidas.
Los efectos psicológicos del consumo de repostería artesanal
Más allá de los beneficios sociales, el consumo de repostería artesanal puede tener un impacto directo en nuestra salud mental. Este tipo de alimentos, a menudo se asocian con recuerdos positivos y pueden evocar una sensación de nostalgia y bienestar. La repostería artesanal, con sus sabores caseros y texturas familiares, puede servir como un potente estímulo para estos efectos.
Además, el acto de hornear y crear algo con nuestras manos puede ser una forma efectiva de terapia ocupacional. La concentración requerida para medir, mezclar y hornear puede actuar como un mecanismo de distracción de pensamientos negativos y reducir los niveles de estrés . La culminación de este proceso en un producto tangible y delicioso proporciona una sensación de logro y satisfacción que puede mejorar nuestro estado de ánimo.
Podemos decir que a nosotros, al menos, nos produce gran satisfacción realizar todo este proceso para vosotros.
Ya lo sabes
La relación entre la felicidad, la oxitocina y el consumo de repostería artesanal es un ejemplo de que nuestras experiencias sensoriales y sociales están muy vinculadas a nuestra salud emocional. La repostería artesanal, con su énfasis en la calidad de los ingredientes y la experiencia compartida, no solo deleita nuestros sentidos, además, también fomenta la conexión social y la producción de oxitocina, lo que deriva en una mayor sensación de bienestar y felicidad.
A medida que buscamos formas de mejorar nuestra calidad de vida, es muy útil recordar que las fuentes más simples de felicidad, como compartir un pastel hecho a mano, pueden tener los impactos mucho más profundos. La próxima vez que se encuentre disfrutando de un postre artesanal, recuerde que no solo está saboreando un delicioso manjar, sino también cultivando la felicidad a través de la oxitocina y las conexiones humanas.
Referencias:
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